lunes, 14 de noviembre de 2011

De repente, embarazada!

Después de mucho pensar, decidimos, Fran y yo , que había llegado el momento de " empezar a buscar". Frase que por cierto me parece carente de lógica porque yo no había perdido nada para tener que buscarlo. Digamos entonces que dejé que la naturaleza siguiera su curso sin barreras de ningún tipo. Nadie sabía nada, mejor dicho, ni se imaginaban nada porque siempre había dicho a boca llena que no tenía interés en ser mamá. Pensaba que tardaría seis meses como poco en obtener resultados "positivos" a la "dichosa búsqueda" pero para nuestra sorpresa hicimos diana en el primer mes. Suelen decir que si juegas con fuego te puedes quemar las manos y puede decirse que fue lo que me pasó a mí. Inventé probar uno de los test de embarazo que tenía en casa, sin ni siquiera tener retraso. Hasta se me olvidó que tenía aquel cacharro en el baño! Cuando lo ví me quedé petrificada, hasta me agobié un poquitín y me entraron unas ganas terribles de vomitar. De echo pasé los dos días siguientes vomitando sin parar y cruzando los dedos para que el resto del embarazo no fuese así. Creo que fueron los nervios, pánico escénico como dicen los artistas. Cada vez que lo pienso más lógico lo encuentro porque nunca más hasta el día de hoy he vuelto a vomitar.
Cuando empezamos a contar la buena nueva todo el mundo se quedaba helado primero y estallaba de alegría poco después. Queríamos ocultarlo un poco, esperar más por si las cosas no iban bien, pero fue como un reguero de pólvora.
Hoy un año después de todo aquello lo recuerdo un poco difuso, fueron muchas cosas en pocos días, pero no puedo evitar sonreir cada vez que lo pienso, y eso, es buena señal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario